Espalmador, una pequeña isla deshabitada junto a la bellísima Formentera
Espalmador es un auténtico paraíso de aguas turquesas, una pequeña isla virgen protegida, dentro del Parque Natural de las Salinas de Ibiza y Formentera. Solo dispone de un faro, una casita y una torre de defensa del siglo XVIII. Olvidaos de chiringuitos!
Se encuentra al norte de Formentera. Una lengua de arena fina y un estrecho canal de agua cristalina separan la mundialmente conocida Ses Illetes o playa de Illetas (considerada una de las mejores playas del mundo) de Espalmador. Mucha gente se anima a cruzar a pie o a nado este pequeño canal, pero debéis saber que está totalmente prohibido y que las fuertes corrientes de la zona lo hacen peligroso.
Su acceso, por lo tanto, es exclusivamente por barco privado, ya que tampoco hay servicios públicos que conecten Formentera con Espalmador.
Como el lugar es IMPRESCINDIBLE, os recomiendo que alquiléis un catamarán para descubrirla y disfrutar de uno de los rincones más maravillosos de la tierra -asegurado!-
Llegar a los barros de Espalmador
Una vez en la isla, lo primero que veréis será a varias personas cubiertas de barro, posiblemente desnudas (algo que tampoco se aprecia demasiado, dada la capa de arcilla que els cubre). Y entonces, entran las ganas!
Llegar al fangoso estanque es sencillo: solo hay que seguir el rastro, a la inversa- de los «hombres/mujeres de barro». Conforme os vais acercando el olor a huevos podridos se hace más fuerte. Enseguida veréis el acceso a la laguna a través de pasarelas de madera, los carteles del Govern Balear prohibiendo los baños de barro y las famosas pozas en las que hasta Paris Hilton se rebozó.
Un humedal que sirve de refugio para las aves acuáticas
Y es que los barros de Espalmador son, en realidad, un humedal que las aves de la zona utilizan como lugar de descanso y alimentación.
Bañarse en él perjudica el frágil ecosistema de la isla, modifica el sustrato donde muchas especies se alimentan y la morfología de la laguna, provoca degradación medioambiental y, por ende, no nos hace estar más guapos ni sanos sino todo lo contrario: sus aguas estancadas pueden provocarnos sarpullidos, infecciones y una buena multa!